martes, 2 de octubre de 2012

Endorfinas y círculos viciosos.

¿Tienes un abuelo cascarrabias? ¿Vecina gruñona? ¿Alguien que conoces ha ido cambiando de carácter hasta convertirse en una persona iracunda? No lo condenes inmediatamente; si es alguien que te importa trata de averiguar si hay algo que le duela. Y no metafóricamente.
Desde hace dos semanas estoy de baja por ciática (de ahí el ritmo de actualización que llevo estos días). Ya van dos médicos que me animan a usar palabrotas a la hora de describir mis síntomas ("dilo: duele de cojones" el de cabecera y "es un dolor muy cabrón" el traumatólogo). Como los considero autoridades, sobre todo al segundo, creo que no tengo nada interesante que añadir respecto a mis sensaciones. Pero el traumatólogo fue más allá: me dijo que era importante aliviar el dolor cuanto antes y evitar que se cronifique. ¿Por el mero bienestar físico? Pues no, hay algo más, algo que me pareció importantísimo y que me hace mirar de manera diferente a personas de mi entorno, sobre a todo a esas que toda su vida han aguantado el dolor sin quejarse.
Nuestro cuerpo tiene un sistema de 'recompensas internas' para los estímulos placenteros a través de unas hormonas llamadas 'endorfinas'. Además, las endorfinas ayudan a paliar la sensación de dolor. Hasta ahí todo perfecto: un beso adolescente -> subidón de endorfinas (y de otras cosas). Una comida deliciosa -> endorfinas, etc. Pero también, un coscorrón doloroso -> endorfinas. Cuando el dolor se hace crónico nuestro sistema endocrino parece aburrirse de parir endorfinas, así que a la larga el dolor se hace más insoportable. Pero no acaba aquí la cosa: las endorfinas también están implicadas en los procesos depresivos. Su falta nos predispone a la depresión a la vez que entramos en una espiral de reducción en la producción de endorfinas cuando estamos deprimidos. ¡La leche! Un círculo vicioso, un claro error de diseño en nuestro funcionamiento ;)
Así, el dolor no hay que aguantarlo, hay que localizarlo, expresarlo, combatirlo y acabar con él antes de que él acabe con nosotros. Para la parte química y mecánica es conveniente que decidan los especialistas, pero aunque suene 'new age', para la gente que está sufriendo dolor también es importante una actitud positiva, tanto propia como del entorno.
Para terminar, me pongo una canción que aunque habla de la lluvia, para mi es una dosis de energía positiva.
¡Paz, hermanos!


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